domingo, 31 de octubre de 2010

VARGAS LLOSA: MISERIA MORAL DEL PREMIO NOBEL



Luis Arce Borja.
José Carlos Mariategui, decía en 1926 que la literatura colonial no era peruana, era española. Parafraseando a este pensador, es seguro que la literatura de Mario Vargas Llosa, no es peruana, es extranjera, pertenece a las grandes metrópolis imperialistas. La trayectoria de este escritor, es vasta y diversa, pero ella no tiene como decía Mariategui, una “fe apasionada y creadora, es puro diletantismo”. Su vocación es política y ella acumula una extensa trayectoria que tiene poco que ver con el talento y la creación literaria. Este escritor es reaccionario, y practica un anticomunismo primario. Su defensa del liberalismo es ciega, fanática y lo hace desde posiciones de extrema derecha. Sus pretensiones personales no tienen límites ni fronteras. En 1960 apoyó la revolución de Fidel Castro con la ambición de convertirse en un personaje de renombre de este proceso, y cuando vio truncada su aspiración, se convirtió en un feroz anticubano. En 1983 se hizo pasar como defensor de los derechos humanos en Ayacucho, y acabo de lado de los militares criminales. Hacer como hace Vargas Llosa, usar los elementos, que resultan de un aconteciendo histórico social, para favorecer la represión y el crimen, es convertir la literatura en una paráfrasis oscurantista.
Dividir arbitrariamente la condición de escritor y la actitud cívica de un hombre, es pretender negar la relación entre la moral y la ética en la practica del ser humano cualquiera sea su actividad en la sociedad. La más avanzada expresión de talento individual no puede estar exenta de los hechos primordiales que rodean su tiempo, y extenderse al interior de las aspiraciones de justicia de la humanidad. La literatura, la poesía y otras formas del arte reflejan una realidad concreta, y ella exterioriza de una u otra forma, los conflictos sociales fundamentales que el escritor, ya como autor u observador, vive cotidianamente. La literatura, cualquiera sea su genero, tiene una dimensión clasista, y ella puede ser lucida o perversa, pero fuera del contexto de la lucha por la libertad, y la democracia, resulta antiestética, inmoral y grotesca. El arte por el arte, sin contenido social, es una invención de la propaganda burguesa y de los mecanismos de dominación que los grupos de poder imponen a la sociedad. El más inocente texto, incluyendo la novela cursi (ficción o realidad), tiene un contenido ideológico. Esta condicionada por la lucha de clases, y expresa su posición frente a la sociedad actual. La burguesía, de la misma manera que los antiguos colonizadores, no solo domina la economía, la política, y el aparato militar, sino también la ideología y la cultura. Para este fin fomentan premios elitistas, compran escritores y prostituyen la creación intelectual.
En el terreno de la alienación cultural de los pueblos, escritores como Mario Vargas Llosa, son útiles y se insertan en el aparato de dominación del sistema imperialista mundial. Por ello, y dado el momento de crisis internacional del capitalismo, con guerras imperialistas, bancarrota de bancos, millones de desocupados, y significativas resistencias populares en todo el mundo, no resulta una casualidad que la Comisión del Premio Nobel haya entregado este pergamino, nada menos que al escritor Mario Vargas Llosa, que en el campo político, representa las fuerzas mas derechistas y fascistoides del espectro político de Europa, Estados Unidos y America Latina.
A propósito de este hecho, el derechista diario ABC de España ha titulado, Mario Vargas Llosa “Nobel del orgullo hispánico”. Alan García Pérez actual presidente del Perú, señaló: “Un gran día, porque el mundo reconoce así la preclara inteligencia y la voluntad libertaria y democrática de Mario Vargas Llosa”, El parlamento peruano, un latrocinio de la corrupción, hizo público su saludo al laureado escritor. La Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos, anunció que Vargas Llosa, es un “maestro del idioma español”, y que éste es “amigo” de EE.UU. Y así sin fin, han llovido los parabienes y saludos para este escritor peruano. Hasta Carlos Alberto Montaner, anticubano y conocido agente de la CIA americana expresó su felicidad por la decisión de la Academia Sueca.
El Nobel para Vargas Llosa, es la recompensa al escritor servil convertido en símbolo cultural de la decadente burguesía internacional. Si el Nobel de la Paz para Barak Obama en el 2009 confirmó el descrédito de este premio, la que se acaba de entregar a Vargas Llosa, es otra forma de mostrar la recompensa que reciben escritores cómplices de abominables masacres, invasiones militares y violaciones de los derechos humanos. Este escritor, ha respaldado la brutal agresión imperialista contra Irak, que según la empresa británica Opinión Research Business, hasta setiembre del 2007, había 1,2 millones de personas muertas a causa de la invasión militar. Entre el 25 de junio y julio del 2003, Vargas Llosa viajó a Irak por cuenta de los invasores. Ahí bajo la protección de las fuerzas militares de los Estados Unidos, escribió una serie de artículos nauseabundos con el propósito de justificar la masacre y la invasión a nombre de la democracia y de la libertad. Estos texto, que nada tienen que envidiar a los reporteros nazis en la segunda guerra mundial, están repletos de falsedades, y señalan entre otras cosas, que todo el sufrimiento que la acción armada (invasora) ha inflingido al pueblo iraquí es pequeño comparado con el horror que vivió bajo Sadam Husein. “Ahora, por primera vez en su larga historia”, dijo este escribiente, Irak tiene la posibilidad de “romper el círculo vicioso de dictadura tras dictadura en que ha vivido y, como Alemania y Japón al terminar la segunda guerra mundial- inaugurar una nueva etapa, asumiendo la cultura de la libertad...”.
Mario Vargas Llosa, con la misma fibra inescrupulosa que ha sostenido los abomínales crímenes imperialistas, se ha relacionado con los personajes mas ultraderechista de Europa. Se siente cerca del franquista José María Aznar de España, y de François Revel, ideólogo neofascista que defiende "aspectos positivos” de la colaboración durante la segunda guerra mundial entre el Gobierno Frances y Adolfo Hitler. En Chile apoya al derechista presidente Sebastián Piñera, en Colombia ha defendido a Álvaro Uribe (ex presidente de este país), un personaje ligado al narcotráfico internacional y testaferro de los Estados Unidos. Vargas Llosa hablando de Uribe ha dicho: “Yo creo que Uribe ha sido un magnífico presidente; que, haciendo las sumas y las restas, su gobierno va a quedar como uno de los grandes de la historia de Colombia”. Públicamente se declara un “defensor” del gobierno de Alan García, un presidente corrupto y represivo. Sobre él pesan aún serias denuncias sobre corrupción, organización de grupos paramilitares, matanzas masivas de prisioneros en 1986, y recientes masacres de campesinos en la selva peruana. Vargas Llosa, refiriéndose a García Pérez ha dicho “soy una persona que defiende su segundo gobierno”.
Perú, como ningún otro país, es testigo de la miseria moral del escritor Vargas Llosa. Aquí ha sido cómplice de los grupos de poder, de los gobiernos corrompidos, y de las criminales fuerzas armadas. En diversas ocasiones ha sido acusado de traficar con los pagos de impuestos y hasta de plagio. Esta vinculado al Opus Dei de este país, y está unido a los saurios políticos del Perú. En 1990, como candidato presidencial, fue líder del FREDEMO (Frente Democrático) que congrego entre otros al Partido Popular Cristiano y Acción Popular, dos organizaciones de la derecha que son responsables históricos de la bancarrota y ruina de la sociedad peruana. Pero su más sobresaliente prueba de complicidad con crímenes organizados desde el Estado, es el caso Uchuraccay. En 1983 por decisión del gobierno de Fernando Belaúnde fue designado a la cabeza de una comisión para “investigar” la masacre de Uchuraccay, una comunidad andina ubicada en el departamento de Ayacucho, donde fueron asesinados salvajemente 8 periodistas y un guía ayacuchano. La matanza fue ejecutada por la Ronda Campesina de esta comunidad, organización que dependía del Comando Militar de la Zona que en ese tiempo estaba dirigida por el general Clemente Noel, un militar acusado de crímenes de guerra. No fue el que estableció en Ayacucho, prisiones clandestinas, donde centenas de prisioneros acusados de subversivos, fueron torturados, mutilados y desaparecidos.
Hasta ahora ningún peruano, olvida el “informe Uchuraccay Vargas Llosa”. Su versión vergonzosa, fue en lo fundamental para proteger al general Noel, a los militares, al gobierno y a las criminales rondas campesinas. Al final, como si se trataría del ultimo párrafo de una novela dijo, “todos somos culpables”. Luis Morales, un periodista de El Diario, que después seria asesinado por un comando paramilitar del gobierno, escribió en 1985 en torno a Vargas Llosa y su comisión. “Toda la patraña de la Comisión Vargas Llosa es puesta al desnudo por los indignados familiares de los periodistas victimados. Ponen en claro que para lo único que ha servido esta Comisión, ha sido para entorpecer calculadamente las investigaciones, para impedir el veraz esclarecimiento de los hechos, el juzgamiento de los verdaderos culpables y para que el escrito Vargas Llosa lucre en provecho personal y gane dinero a costa de los cadáveres de los periodistas asesinados”. (El Diario, 8 de marzo 1985).Luis Arce Borja.
Lunes 18 de octubre de 2010
José Carlos Mariategui, decía en 1926 que la literatura colonial no era peruana, era española. Parafraseando a este pensador, es seguro que la literatura de Mario Vargas Llosa, no es peruana, es extranjera, pertenece a las grandes metrópolis imperialistas. La trayectoria de este escritor, es vasta y diversa, pero ella no tiene como decía Mariategui, una “fe apasionada y creadora, es puro diletantismo”. Su vocación es política y ella acumula una extensa trayectoria que tiene poco que ver con el talento y la creación literaria. Este escritor es reaccionario, y practica un anticomunismo primario. Su defensa del liberalismo es ciega, fanática y lo hace desde posiciones de extrema derecha. Sus pretensiones personales no tienen límites ni fronteras. En 1960 apoyó la revolución de Fidel Castro con la ambición de convertirse en un personaje de renombre de este proceso, y cuando vio truncada su aspiración, se convirtió en un feroz anticubano. En 1983 se hizo pasar como defensor de los derechos humanos en Ayacucho, y acabo de lado de los militares criminales. Hacer como hace Vargas Llosa, usar los elementos, que resultan de un aconteciendo histórico social, para favorecer la represión y el crimen, es convertir la literatura en una paráfrasis oscurantista.
Dividir arbitrariamente la condición de escritor y la actitud cívica de un hombre, es pretender negar la relación entre la moral y la ética en la practica del ser humano cualquiera sea su actividad en la sociedad. La más avanzada expresión de talento individual no puede estar exenta de los hechos primordiales que rodean su tiempo, y extenderse al interior de las aspiraciones de justicia de la humanidad. La literatura, la poesía y otras formas del arte reflejan una realidad concreta, y ella exterioriza de una u otra forma, los conflictos sociales fundamentales que el escritor, ya como autor u observador, vive cotidianamente. La literatura, cualquiera sea su genero, tiene una dimensión clasista, y ella puede ser lucida o perversa, pero fuera del contexto de la lucha por la libertad, y la democracia, resulta antiestética, inmoral y grotesca. El arte por el arte, sin contenido social, es una invención de la propaganda burguesa y de los mecanismos de dominación que los grupos de poder imponen a la sociedad. El más inocente texto, incluyendo la novela cursi (ficción o realidad), tiene un contenido ideológico. Esta condicionada por la lucha de clases, y expresa su posición frente a la sociedad actual. La burguesía, de la misma manera que los antiguos colonizadores, no solo domina la economía, la política, y el aparato militar, sino también la ideología y la cultura. Para este fin fomentan premios elitistas, compran escritores y prostituyen la creación intelectual.
En el terreno de la alienación cultural de los pueblos, escritores como Mario Vargas Llosa, son útiles y se insertan en el aparato de dominación del sistema imperialista mundial. Por ello, y dado el momento de crisis internacional del capitalismo, con guerras imperialistas, bancarrota de bancos, millones de desocupados, y significativas resistencias populares en todo el mundo, no resulta una casualidad que la Comisión del Premio Nobel haya entregado este pergamino, nada menos que al escritor Mario Vargas Llosa, que en el campo político, representa las fuerzas mas derechistas y fascistoides del espectro político de Europa, Estados Unidos y America Latina.
A propósito de este hecho, el derechista diario ABC de España ha titulado, Mario Vargas Llosa “Nobel del orgullo hispánico”. Alan García Pérez actual presidente del Perú, señaló: “Un gran día, porque el mundo reconoce así la preclara inteligencia y la voluntad libertaria y democrática de Mario Vargas Llosa”, El parlamento peruano, un latrocinio de la corrupción, hizo público su saludo al laureado escritor. La Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos, anunció que Vargas Llosa, es un “maestro del idioma español”, y que éste es “amigo” de EE.UU. Y así sin fin, han llovido los parabienes y saludos para este escritor peruano. Hasta Carlos Alberto Montaner, anticubano y conocido agente de la CIA americana expresó su felicidad por la decisión de la Academia Sueca.
El Nobel para Vargas Llosa, es la recompensa al escritor servil convertido en símbolo cultural de la decadente burguesía internacional. Si el Nobel de la Paz para Barak Obama en el 2009 confirmó el descrédito de este premio, la que se acaba de entregar a Vargas Llosa, es otra forma de mostrar la recompensa que reciben escritores cómplices de abominables masacres, invasiones militares y violaciones de los derechos humanos. Este escritor, ha respaldado la brutal agresión imperialista contra Irak, que según la empresa británica Opinión Research Business, hasta setiembre del 2007, había 1,2 millones de personas muertas a causa de la invasión militar. Entre el 25 de junio y julio del 2003, Vargas Llosa viajó a Irak por cuenta de los invasores. Ahí bajo la protección de las fuerzas militares de los Estados Unidos, escribió una serie de artículos nauseabundos con el propósito de justificar la masacre y la invasión a nombre de la democracia y de la libertad. Estos texto, que nada tienen que envidiar a los reporteros nazis en la segunda guerra mundial, están repletos de falsedades, y señalan entre otras cosas, que todo el sufrimiento que la acción armada (invasora) ha inflingido al pueblo iraquí es pequeño comparado con el horror que vivió bajo Sadam Husein. “Ahora, por primera vez en su larga historia”, dijo este escribiente, Irak tiene la posibilidad de “romper el círculo vicioso de dictadura tras dictadura en que ha vivido y, como Alemania y Japón al terminar la segunda guerra mundial- inaugurar una nueva etapa, asumiendo la cultura de la libertad...”.
Mario Vargas Llosa, con la misma fibra inescrupulosa que ha sostenido los abomínales crímenes imperialistas, se ha relacionado con los personajes mas ultraderechista de Europa. Se siente cerca del franquista José María Aznar de España, y de François Revel, ideólogo neofascista que defiende "aspectos positivos” de la colaboración durante la segunda guerra mundial entre el Gobierno Frances y Adolfo Hitler. En Chile apoya al derechista presidente Sebastián Piñera, en Colombia ha defendido a Álvaro Uribe (ex presidente de este país), un personaje ligado al narcotráfico internacional y testaferro de los Estados Unidos. Vargas Llosa hablando de Uribe ha dicho: “Yo creo que Uribe ha sido un magnífico presidente; que, haciendo las sumas y las restas, su gobierno va a quedar como uno de los grandes de la historia de Colombia”. Públicamente se declara un “defensor” del gobierno de Alan García, un presidente corrupto y represivo. Sobre él pesan aún serias denuncias sobre corrupción, organización de grupos paramilitares, matanzas masivas de prisioneros en 1986, y recientes masacres de campesinos en la selva peruana. Vargas Llosa, refiriéndose a García Pérez ha dicho “soy una persona que defiende su segundo gobierno”.
Perú, como ningún otro país, es testigo de la miseria moral del escritor Vargas Llosa. Aquí ha sido cómplice de los grupos de poder, de los gobiernos corrompidos, y de las criminales fuerzas armadas. En diversas ocasiones ha sido acusado de traficar con los pagos de impuestos y hasta de plagio. Esta vinculado al Opus Dei de este país, y está unido a los saurios políticos del Perú. En 1990, como candidato presidencial, fue líder del FREDEMO (Frente Democrático) que congrego entre otros al Partido Popular Cristiano y Acción Popular, dos organizaciones de la derecha que son responsables históricos de la bancarrota y ruina de la sociedad peruana. Pero su más sobresaliente prueba de complicidad con crímenes organizados desde el Estado, es el caso Uchuraccay. En 1983 por decisión del gobierno de Fernando Belaúnde fue designado a la cabeza de una comisión para “investigar” la masacre de Uchuraccay, una comunidad andina ubicada en el departamento de Ayacucho, donde fueron asesinados salvajemente 8 periodistas y un guía ayacuchano. La matanza fue ejecutada por la Ronda Campesina de esta comunidad, organización que dependía del Comando Militar de la Zona que en ese tiempo estaba dirigida por el general Clemente Noel, un militar acusado de crímenes de guerra. Noel fue el que estableció en Ayacucho, prisiones clandestinas, donde centenas de prisioneros acusados de subversivos, fueron torturados, mutilados y desaparecidos.
Hasta ahora ningún peruano, olvida el “informe Uchuraccay Vargas Llosa”. Su versión vergonzosa, fue en lo fundamental para proteger al general Noel, a los militares, al gobierno y a las criminales rondas campesinas. Al final, como si se trataría del ultimo párrafo de una novela dijo, “todos somos culpables”. Luis Morales, un periodista de El Diario, que después seria asesinado por un comando paramilitar del gobierno, escribió en 1985 en torno a Vargas Llosa y su comisión. “Toda la patraña de la Comisión Vargas Llosa es puesta al desnudo por los indignados familiares de los periodistas victimados. Ponen en claro que para lo único que ha servido esta Comisión, ha sido para entorpecer calculadamente las investigaciones, para impedir el veraz esclarecimiento de los hechos, el juzgamiento de los verdaderos culpables y para que el escrito Vargas Llosa lucre en provecho personal y gane dinero a costa de los cadáveres de los periodistas asesinados”. (El Diario, 8 de marzo 1985).

RECORDANDO A MARIO VARGAS. A PROPÓSITO DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA


Por: Guillermo Ruiz Torres.
Lunes 18 de octubre de 2010
En pleno fragor de la campaña presidencial de 1990 tuvo lugar un debate entre los principales contendientes, Alberto Fujimori, quien después sería elegido presidente con dramáticas consecuencias para la mayoría expoliada del país, y el laureado escritor Mario Vargas Llosa. El genocida Fujimori era ya asesorado por agentes del servicio de inteligencia que habían estudiado los puntos débiles del escritor. Con la consabida malicia que caracteriza a estos personajes le recomendaron a Fujimori que se dirigiera a su contrincante en el debate televisivo como “Mario Vargas” y no como “Mario Vargas Llosa”. Los esbirros sabían que el escritor era muy sensible a ser llamado “Vargas” lo que significa, en el Perú clasista, racista y post-colonial, ser cualquier hijo de vecina. “Vargas Llosa” suena, por otro lado, bien; se lo asocia con la élite y la plutocracia peruana. Y así fue. Tras se llamado repetidas veces “Vargas” el escritor perdió los papeles y demandó enérgicamente ser llamado con sus dos apellidos. Punto para Fujimori.
Esta anécdota dice mucho sobre Mario Vargas Llosa que acaba de ser galadornado con el Premio Nobel de Literatura. Y dice mucho sobre un escritor que siendo joven, y quizás siguiendo los vientos alborotados de los 60, se reputaba de izquierda para irse convirtiendo con el tiempo en uno de los más acérrimos defensores del sistema neoliberal. Esto, aunado a su protagonismo político, hace del escritor un personaje controvertido sobre todo en el Perú. En estos momentos casi la totalidad de los políticos, periodistas e intelectuales peruanos llaman a cerrar filas apoyando el Premio Nobel más allá de circunstanciales desavenencias ideológicas o políticas. Hasta medios periodísticos y políticos que se dicen de izquierda celebran con algarabía la condecoración al escritor peruano. Todos parecen olvidar el personaje político y público Vargas Llosa, es decir qué y a quién defiende este desde hace ya más de tres décadas.
Nadie puede negar la calidad de Vargas Llosa como escritor. La Academia Sueca no esta muy lejos de la verdad al afirmar que se encuentra en su obra una realizada “cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. El nobel peruano posee una capacidad impresionante para captar personajes y realidades, y plasmarlas en tinta en sus más intrincados vericuetos. Eso lo demuestra, por ejemplo, en Conversación en la Catedral: una obra donde salda cuentas con una izquierda más radical en la cual tuvo una militancia fugaz. Vargas Llosa desliza su crítica a las taras de una izquierda atrapada en su rigidez y falta de creatividad, asi como a muchos de sus militantes de estratos pequeñoburgueses que no pueden vencer su mediocridad y falta de consecuencia. Curiosamente, la etapa más rica del escritor peruano, con obras como la arriba mencionada Conversación en la Catedral o su excepcional La Guerra del Fin del Mundo, fue durante su época más progresista. Pero más allá de elucubraciones respecto a una posible correlación entre una obra logradad y el compromiso político, se debe dejar sentado una vez más que nadie niega la capacidad literaria del recientemente galadornado peruano.
Es necesario recordar, sin embargo, quién es el personaje político Vargas Llosa a quien el mundo entero hoy vanagloria, no sólo por sus cualidades literarias, sino por su defensa de la libertad. Refresquemos la memoria. Su papel más nefeasto lo cumplió cuando fue miembro de la Comisión Investigadora sobre los Sucesos de Uchuraccay sobre la masacre de ocho periodistas peruanos. Cabe recapitular los hechos. En 1983, un grupo de periodistas fue a Ayacucho, una provincia en el sur de los Andes peruanos, a cubrir una nota sobre el ajusticiamiento de presuntos miembros de la guerrilla del PCP-“Sendero Luminoso” a manos de la comunidad campesina de Huaychao cercana a la población de Uchuraccay. Por esa época, las Fuerzas Armadas comenzaban a usar la táctica de armar a campesinos para enfrentar a los alzados en armas que también eran en gran parte campesinos quechuahablantes. Es la misma táctica contrarevolucionaria que se usó en Vietnam, Nicaragua y Guatemala de enfrentar pueblo contra pueblo. Cuando los periodistas llegaron a Uchuraccay indagando sobre lo que había pasado la semana anterior en el poblado vecino, se encontraron con una masa enardecida que les dio muerte a golpes y machetazos. En esta comunidad, la Marina, que había sido enviada para “pacificar la región”, apoyaba una fuerza paramilitar que llamaron eufemísticamente “ronda campesina”; más tarde recibirían el pomposo nombre de “Rondas de Defensa Civil”. Tras algunas investigaciones independientes, se llegó a la conclusión que los pobladores de Uchuraccay le habían dado muerte a los periodistas por considerarlos “terroristas”. Esta había sido la consigna que les había dado la Marina, la de matar a cualquier extraño en la zona. Y lo habían hecho a pesar que los periodistas habían suplicado de rodillas por sus vidas, tal y como lo demostró el material gráfico encontrado poco después de la masacare. Las Fuerzas Armadas trataron desde un principio de tergiversar los hechos para exhimirse de cualquier responsabilidad.
La citada Comisión Investigadora presidida por Vargas Llosa llegó a la conclusión que la masacre era producto de la existencia de “diferencias culturales entre los campesinos quechuahablantes y los periodistas provenientes de un mundo urbano” y que las “Fuerzas Armadas no habían tenido ninguna responsabilidad en el hecho”. Conclusiones que estaban reñidas con todas las evidencias y la lógica más simple, sobretodo teniendo en cuenta que los pobladores victimarios estaban en contacto constante con militares y policías. De esta manera, Vargas Llosa exculpó al Estado peruano y las Fuerzas Armadas de toda responsabilidad en la masacre, y formuló la tesis que los pobladores andinos eran pobres ignorantes, semi-salvajes que se hallaban atrapados en una suerte de vorágine de “violencia propia del mundo andino”. En una entrevista posterior dada a la revista Caretas el novelista sostiene incluso que la masacre era resultado de la existencia de “dos Perús”, uno compuesto por hombres que viven en el siglo veinte y otros, como los pobladores de Uchuraccay, que viven en el siglo 19 o incluso en el siglo 18. Esta era la oportunidad para criticar la política de militarización de los Andes peruanos y la abdicación del Estado de Derecho que costaba la vida ya a miles de peruanos. Vargas Llosa prefirió avalar una política contrainsurgente violatoria de derechos humanos entrando así con méritos propios al nefasto libro negro de la infamia en la ya de por si negra Historia del Perú oficial.
El novelista ha seguido demostrando su desprecio por la cultura indígena, que él la considera como símbolo del atraso, enemiga del llamado progreso y de la modernidad. En su ensayo La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo, Vargas Llosa pretende romper con el mito del indigenismo que es una corriente literaria que reivindica el mundo andino. Afirma que fue “una ficción ideológica, de corte pasadista y reaccionaria...colectivista, mágica, irracionalista, antimoderna y antiliberal”. Más allá de que uno pueda coincidir con alguna de las tesis de Vargas Llosa, con respecto a la idealización del mundo andino, lo central es que lo niega en sus valores, en tanto espacio socio-cultural que forme parte de un proyecto de sociedad. De esta manera, Vargas Llosa representa el lado oscuro de la modernidad: el de negar la validez de realidades que contradicen el principio uniformizante de la modernidad y del llamado progreso. El Indigenismo contribuyó ostensiblemente a la revaloración del mundo andino que había sido percibido (y aún hoy) como sinónimo de atraso y pobreza de espíritu. El Indigenismo contribuyó, a su vez, para fortalecer la conciencia rebelde de intelectuales y pobladores andinos sobre las injusticias y el maltrato milenario que los ha acosado.
Esta negación explícita de otras realidades que no son las suyas, así como su papel de librar de responsabilidad al Estadod peruano y a las Fuerzas Armadas en la masacre de Uchuraccay, están reñidas con su reputada imagen de paladín de la libertad. Y es que Vargas Llosa no es un defensor acérrimo de la libertad entendida como la capacidad de poder decidir. Es un denodado defensor de la libertad de las transnacionales. Para él, la libertad es sobre todo la libertad de invertir a costa de los pulmones de los mineros destrozados en los socavones de las empresas mineras, a costa de tierras arrasadas por el monocultivo y pesticidas impuestos por las multinacionales de las industrias alimenticias. Sobre todo en los últimos años, el novelista peruano se ha cuidado de no dejar la imagen de un filo fascista. Se ha pronunciado contra el racismo en Europa, contra el vil asalto de fuerzas israelitas a una fragata de solidaridad que pretendía hacer ingresar alimentos a Gaza este año o contra los decretos que recientemente ha intentado aprobar el gobierno de García Pérez en el Perú para garantizar la impunidad de militares y policías responsables de la desaparación y el asesinato de miles de peruanos en el marco de la lucha contrasubversiva. Pero el que pesa largamente es el Vargas Llosa que desde hace años despotrica contra Cuba, Castro, Chávez, Morales, Sendero Luminoso, las FARC, el Foro Social y contra todo aquello que huela mínimamente a proyecto revolucionario o social o incluso a derechos colectivos.
Vargas Llosa propugnaba y propugna la “libertad individual”. Una libertad individual que no puede ejercer un obrero que recibe un sueldo miserable de la clase empresarial a la que Vargas Llosa apoya a capa y espada. Una libertad individual que no puede ejercer plenamente un campesino quechuahablante analfabeto, cuyas tierras comunales, que otrora eran inalienables, Vargas Llosa propugnaba dejar a merced de la pujanza de las transnacionales de los alimentos. Una libertad individual que no puede ser ejercida plenamente por millones de peruanos, víctimas del racismo de esas élites que Vargas Llosa defendía y sigue defendiendo. Con tanta necedad ha defendido Vargas Llosa el modelo neoliberal que ha llegado verdaderamente al delirio. A raíz de la crisis económica del 2000 en Argentina, el escritor peruano escribió en El País que el culpable de la crisis eran “las secuelas de la políticas proteccionistas de Juan Domingo Perón (!!!)”. Porsupuesto, el escritor peruano no lanzó ninguna crítica contra el saqueo que neoliberalismo salvaje de Menem hizo en la Argentina ni contra los bancos europeos que, al más puro estilo de embacaudor y ladrón barriobajero, se fueron del país robándose los ahorros de miles de argentinos.
Consecuente con sus principios, el novelista fue candidato a presidente de la república del Perú por el movimiento Libertad que el fundó sobre la base la ideología neoliberal. El escritor prometía un cambio, pero el gran empresariado que lo acompañaba dejaba claro que si había algún cambio este sería en favor del gran capital. Al final perdió la carrera presidencial frente a Fujimori. Hacía finales de los ochenta la pobreza en el Perú alcanzaba más del 60% de la población y la pobreza extrema más del 30%. El escritor iba de la mano de esa clase empresarial que era uno de los principales responsables de dicha pobreza, y que durante años había medrado de subsidios estatales para hacer crecer sus riquezas, y que ahora reclamaba aun mayores beneficios.
Su retiro activo de la política no ha significado que Vargas Llosa se haya retirado de la misma. En las últimas elecciones presidenciales en el Perú, apoyó a Alan García quien fue responsable en su primer gobierno (1985-1990) de las mayores violaciones de derechos humanos durante la guerra contrainsurgente en los años 80 con un saldo de decenas de miles de muertos, desaparecidos, torturados y detenidos. Más recientemente, Vargas Llosa tomó posición contra los pobladores de la provincia amazónica de Bagua en el Perú que en junio del 2009 se levantaron contra decretos que permitían la privatización de recursos forestales e hídricos con nefastas consecuencias para la vida de las comunidades nativas y el medio ambiente. Las comunidades nativas exigían tan solo ser consultadas antes que alguna empresa llevase a cabo alguna actividad exploradora o extractiva. Eran decretos con el más puro sello del lobby de las empresas petroleras y del gas. La rebelión fue sangrientamente debelada con un saldo de más de 30 muertos. El novelista apoyó los controvertidos decretos sosteniendo que la región necesitaba inversión privada. Y es que Vargas Llosa muy rara vez, si es que lo he hecho en alguna ocasión, ha afilado su pluma contra el capitalismo salvaje y depredador de las empresas transnacionales. Para criticar a Chávez, Vargas Llosa está siempre alerta. Pero no es así cuando se trata de denunciar a empresas mineras que contaminan ríos y valles, o a multinacionales que se benefician del trabajo infantil o incluso de esclavos, o los ínfimos salarios que reciben cientos de millones de obreros en el mundo que los mantienen en la miseria enriqueciendo principalmente el gran capital.
A decir de muchos, habría sido su derrotero político que lo había mantenido Vargas Llosa lejos del Premio Nobel. Pero parece que los tiempos cambian, y con ellos la Academia Sueca. Sobre todo cuando la derecha está en el gobierno ya desde años. Sin embargo, este cambio no significa que el Premio Nobel haya sido un referente. Cabe recordar que Sartre rechazó el premio en 1964. El autor de La náusea declaró, en una entrevista que le hicieran para la revista francesa Le Nouvel Observateur, el 19 de noviembre de 1964, que “si hubiera aceptado el Nobel -y aunque hubiera hecho un discurso insolente en Estocolmo, lo que hubiera sido absurdo- habría sido recuperado. Si hubiera sido miembro de un partido, del Partido Comunista, por ejemplo, la situación hubiera sido diferente. Indirectamente, hubiera sido a mi partido que el premio habría sido discernido; es a él, en todo caso, que hubiera podido servir. Pero cuando se trata de un hombre aislado, aunque tenga opiniones "extremistas" se lo recupera necesariamente de un cierto modo, coronándolo. Es una manera de decir: "Finalmente es de los nuestros". Yo no podía aceptar eso”. Vargas Llosa es uno de esos “nuestros” desde ya hace mucho tiempo, y desde hace mucha náusea política, en verdad.

jueves, 28 de octubre de 2010

PRONUNCIAMIENTO DE LOS ALCALDES RURALES DE REGION CUSCO

Pronunciamiento sobre la incorporación de 606 municipalidades al proceso de municipalización de la educación: Considerando: Que, con fecha 22 de octubre se emitió el DS 022-2010-ED que incorpora a 606 municipalidades al proceso de municipalización de la educación sin explicar la razón, estrategia de implementación ni sustento mayor al de estar articulado al Programa Juntos.

Que no ha existido una evaluación concertada con las municipalidades respecto del Plan Piloto del Proceso de Municipalización – recomendado incluso por organismos como la Defensoría del Pueblo, el Consejo Nacional de la Educación y el mismo Ministerio de Economía – desacreditando por tanto cualquier intervención adicional máxime cuando el actual gobierno se encuentra culminando su periodo de gobierno que le debiera inhibir de tomar decisiones de tal magnitud por tratarse de un tema neurálgico.
Expresamos:
Nuestro rechazo a la dación del DS 022-2010-ED que incorpora a 606 municipalidades al Proceso de Municipalización de la Educación por ser unilateral e inconsulta demandando la inmediata derogación de dicho decreto por atentar con la autonomía de los gobiernos locales.
La educación es piedra angular para el desarrollo de los territorios, especialmente rurales, por lo cual no puede ser conejillo de indias para planes piloto que desnudan la improvisación y el manejo poco serio del tema por parte del gobierno nacional, creyendo que la calidad educativa resulta de la implementación de proyectos coercitivos como Juntos y a partir de exámenes masivos de docentes.
Los procesos de municipalización o cualquier otro tema que signifique reforma en el marco del proceso de descentralización, deben pasar por una clara definición de roles y competencias de cada nivel de gobierno, pues dicho desorden, con el nombre de “justicia social” desde el gobierno nacional, viene manteniendo el caos en la gestión y la ineficiencia del gasto público perjudicando especialmente zonas rurales que concentran bolsones de pobreza en donde se registran los peores avances en lo que a educación respecta.
Comité Directivo REMUR CUSCO

viernes, 15 de octubre de 2010

HUMALA: Un Nacionalismo con valores y sin corrupción

La situación actual política del Perú es deprimente y grave, por el avance de la corrupción que ha organizado una mafia que se dedica a robarle al Estado. Según un Foro realizado en el Parlamento e inaugurado por el Dr. Gonzáles Posada, los expositores calcularon que aproximadamente este Gobierno Aprista, le está robando al Estado del Presupuesto, 5 mil millones de Soles al año, si no detenemos a la mafia de la corrupción, en los cinco años el Gobierno habrá robado al Estado 25 mil millones. De igual manera , se manifestó el Contralor de la Republica, dijo: que por la corrupción de este gobierno, se han robado por año unos seis mil millones de soles . Luego en 5 años el robo será de 30 mil millones. Gran coincidencia entre el Parlamento y el Contralor.

En las noticias de algunos medios de comunicación que tienen libertad de prensa, se puede constatar algunos casos de corrupción, porque los otros medios que están chantajeados económicamente por el Gobierno, no tienen libertad de prensa, ellos se dedican a hacer loas de algunas obras de gobierno, y también son maestros en hacer cortinas de humo, para tapar la corrupción.

De este panorama deprimente que provoca la corrupción por la falta de valores, HUMALA ya esta hastiado y siente repugnancia de los que gobiernan. Por todas estas razones HUMALA esta trabajando por una Revolución de Valores que son: la verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía, la vida. No es fácil esta Revolución porque la oligarquía internacional y nacional nunca lo va a permitir, porque si lo hace desaparecerían de la historia y triunfaría la verdad, la justicia y la paz. La oligarquía tiene un gran dominio sobre sus países satélites, que les ordena hacer lo que a ellos les acomodan para sus planes de dominio. Aquí en nuestra América Latina se ve claramente este dominio, los gobernantes de Perú y Colombia obedecen a la oligarquía internacional, esto se vio claramente en una Reunión de Países Latinoamericanos en Buenos Aires, para la celebración del Bicentenario de la Independencia Argentina, donde no asistieron los Presidentes seguidores de la oligarquía, con pretextos infantiles. ¿Por qué no asistieron?, porque en esa reunión estaban presentes la mayor parte de países que sus gobiernos se están saliendo de la orbita oligarca y están estableciendo un gobierno basado en los valores, para tener una independencia económica y política.

¿Por que HUMALA esta trabajando con una Revolución de Valores?, porque es la única herramienta para enfrentarse a la oligarquíaopresora de nuestro pueblo. HUMALA para realizar la Revolución de Valores hace esfuerzos, para que se unan todas las organizaciones políticas y vecinales, que estén de acuerdo con una Revolución de Valores. El peligro muy grave para estaRevolución, es que la oligarquía ya la esta atacando frontalmente, alquilando a muchos intelectuales que los usan comomercenarios, para atacar a los valores, la moral y a los lideres que quieren salirse de la orbita oligarca. La oligarquía siempre ha buscado que sus países satélites caigan en la corrupción, así les es más fácil dominar a sus gobernantes con ciertos chantajes políticos. Teniendo en cuenta esta política oligarca, es posible que algunas organizaciones que quieran una Revolución de Valores,las puedan comprar con algunos millones de dólares, esta es su práctica normal y para la Revolución de Valores es un peligro inminente. Por estas razones HUMALA hace un llamado patriótico a las organizaciones que quieren una gran transformación sin corrupción, a unirse heroicamente, para apoyar una gran fuerza para luchar contra la corrupción que organiza la oligarquía.

Para que sea visible ante el pueblo la Revolución de Valores, HUMALA recomienda a las organizaciones que están contra la oligarquía, hacer grandes manifestaciones y otros actos más, en una lucha frontal contra la corrupción, apoyándose en los valores. Por esas razones una vez más, HUMALA hace un llamado patriótico a las organizaciones para que usen todos sus recursos, voluntades y actos visibles, de una lucha frontal contra la oligarquía y se unan a una candidatura de HUMALA, para que pueda ganar ampliamente las elecciones del próximo gobierno y así comenzar a hacer realidad la Revolución de Valores para una gran transformación sin corrupción. Si HUMALA llegara al gobierno, tendría que usar a fondo los valores para unir ideas, planes, y salir de de la orbita oligarca y no fracasar, porque el pueblo quiere un desarrollo social sin corrupción y con valores. El término Revolución de Valores, por muchos políticos es desconocido, por estas razones HUMALA lanza un reto y un llamado a los compatriotas para un gran campaña de difusión y promoción de la Revolución de Valores, para una gran transformación sin corrupción.



Ing. Guido Hernán Vicente Montes


Lima: El gasto en la Educación de los ricos


Lima: el gasto en la educación de los ricos es 24 veces mayor al de los más pobres

En el segmento más alto de Lima se gana 14 veces más que en el más bajo. “La diferencia entre ambos extremos es alta aún, pero el crecimiento la está reduciendo”, sostuvo el economista Eduardo Morón.

En Lima, el ingreso promedio de un hogar del nivel socioeconómico (NSE) A es más de 14 veces superior al de una familia del sector E. Según un informe de Ipsos Apoyo, el ingreso promedio mensual en el segmento más alto es de S/.10.726 y en el más bajo es de S/.734.

En los hogares del NSE B ganan S/.2.986 y en el C S/.1.488.

“La diferencia entre ambos extremos es alta aún, pero el crecimiento la está reduciendo”, sostuvo el economista Eduardo Morón.

Efectivamente, la información de Ipsos Apoyo señala que la brecha entre los NSE más extremos era de 18 veces en el 2008.

EDUCACIÓN
Según Ipsos Apoyo, el gasto en educación del NSE A es 24 veces el del E (S/.946 versus S/.44). “Debemos ver que las familias más pobres han entendido que gastar en educación es inversión, por lo que ahora dedican el 12,7% de sus ingresos a tal fin”, asevera Morón.

SEPA MÁS
Mirando el presupuesto
Según los resultados de Ipsos Apoyo, las familias del NSE A dedican 19% de su presupuesto mensual a alimentación.

Los NSE B, C y E invierten 39,2%, 56,8% y 70,1% en alimentos.

En alquiler de vivienda, los hogares del NSE A dedican 14,6% de su ingreso y los más pobres, 22,7%.

El estudio se realizó en Lima Metropolitana, donde se entrevistó a 1.010 personas.

Fuente:

El Comercio (Perú)

martes, 12 de octubre de 2010

SOBRE EL PREMIO NOBEL DE MARIO VARGAS LLOSA

Viernes 8 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa ha ganado el Premio Nóbel de Literatura después de postular a él por más de 30 años. Durante tres décadas los medios de la derecha llenaron cuartillas quejándose porque le denegaban este galardón por razones ideológicas. Hubo incluso quienes decían que la academia sueca sólo premiaba a los “escritores rojos”. Hoy la algarabía desatada por entusiastas ingenuos puedo interpretarla como un mecanismo de compensación en la conciencia colectiva de un país que no clasifica ni para el Mundial de fútbol y hasta le roban las elecciones. Una mayoría ciertamente desmemoriada y con ganas de celebrar algo, aunque sea irreflexivamente.


El Premio Nóbel no es solo un premio a las virtudes literarias. Se trata de premiar con él al escritor que ha contribuido mediante una obra monumental y de excelente calidad, al desarrollo de la conciencia humana. Está entonces de por medio no sólo la calidad literaria, sino también la significación de la obra. El qué se dice es más importante del cómo se dice. Por lo tanto, el Nóbel no es una glorificación del significante, sino del significado.


Considero que Vargas Llosa debió ganar el Nóbel en 1971. Había conseguido su máximo nivel de producción y contribuido a un cambio decisivo en la literatura latinoamericana. Era el escritor crítico del poder que además revolucionaba la estructura narrativa, llevando a sus máximos niveles la incorporación de técnicas literarias antes desconocidas en nuestra tradición novelística. Ésa fue su primera y brillante etapa.


Escribió el
libro de cuentos “Los jefes” en 1959 ganando el Premio Leopoldo Alas y le permitió viajar a Europa por primera vez. Su novela “La ciudad y los perros” obtuvo el Premio Biblioteca Breve en 1962, el Premio Internacional de la Crítica en 1963 y fue traducida a más de veinte lenguas. En 1966 aparece su segunda novela “La casa verde” que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1966 y el Premio Rómulo Gallegos en 1967. Ese mismo año publica la noveleta “Los cachorros” y en 1969 aparece su novela de máximo rigor literario “Conversación en la catedral”. En 1971 publica un estudio sobre la obra de su colega y amigo de entonces “Gabriel García Márquez: historia de un deicidio”.


Desde 1967 sus relaciones con la revolución cubana entran en crisis y sus convicciones ideológicas, también. Ese mismo año, Aideé Santamaría, fundadora de Casa de las Américas, le solicitó a Vargas Llosa la donación del dinero del premio Rómulo Gallegos a la causa de Ernesto Che Guevara, quien ya estaba luchando en Bolivia. El hasta entonces camarada y hermano de la Cuba revolucionaria, se niega a hacerlo, a pesar de que Aideé le promete la devolución del importe con tal de que su gesto enaltezca la campaña guerrillera del Che. La ruptura entre el autor y Casa de las Américas completaría un extenso dossier de cartas y artículos que van señalando su personal y subjetivo proceso de renuncia al socialismo. Este proceso se da por etapas y culmina en 1971, cuando después de haber publicado el mejor análisis de la obra de García Márquez, termina liándose a golpes con el autor de “Cien años de soledad”. La sanción también fue subjetiva: Vargas Llosa le quitó a las editoriales el derecho de seguir publicando “Historia de un deicidio”, veto que él mismo ha levantado recientemente en el 2008.


La segunda etapa fue de involución. Hay una merma en sus virtudes literarias que se nota en la producción de novelas carentes de significación. Los temas trascendentales cedieron el paso a la banalidad al mismo tiempo en que Vargas Llosa manifestaba su ajenidad con las reivindicaciones sociales de los olvidados y olvidaba su vocación crítica frente a los dueños del poder.


CUANDO LO BANAL SE CONVIERTE EN MERCANCÍA


El ciclo de la banalidad empieza con “
Pantaleón y las visitadoras” (1973); “La tía Julia y el escribidor” (1977), las piezas teatrales “La señorita de Tacna” (1981) y “Kathie y el hipopótamo” (1983). “Pantaleón” es una novela intrascendente por su temática, hecha para el solaz de señoras de clase media alta que querían leer historias de putas. “La tía Julia” tiene méritos estructurales que son dignos de encomio, a no dudarlo, pero se empantana en la anécdota periodística vivencial y en el amor defraudado a su tía y ex esposa. Las dos obras teatrales nombradas, son brutales naufragios.


Continúa este ciclo con
“La guerra del fin del mundo” (1981) echando mano inescrupulosamente a las obras de Joao Guimaraes Rosas y Euclides Da Cunha, razón por la cual no fue bien recibida por los brasileños. “Historia de Mayta” es una pésima novela donde busca retratar el fenómeno subversivo mediante una interpretación ajena a la realidad peruana. Se buscaba una gran novela sobre la subversión, muerto quien la prometía: Manuel Scorza (accidente aéreo de Barajas, 1983). Así lo dice Miguel Gutiérrez: “Historia de Mayta pudo ser esa novela si su autor hubiese podido dominar los demonios de rencor que lo impulsaron a escribirla”.


Luego prosigue con
“El hablador” (1987), novela prometedora hasta que el lector se tropieza con la confesión vivencial extraliteraria de su autor. Y vendrá un fiasco brutal: “Elogio de la madrastra” (1988). “Lituma en los Andes” (1994) sólo es una descarga de sus demonios de rencor contra el pueblo peruano. Cuando escribe “La fiesta del chivo” (2000), novela antidictatorial sobre el periodo del dictador Trujillo, en República Dominicana, difícilmente era concebible en un país donde la novela sobre el trujillismo había sido el objeto literario de más de 30 autores. Acoto lo siguiente: jamás la hubiera hecho sobre Somoza en Nicaragua o sobre Pinochet en Chile.


EL NUEVO RAVINES Y SUS DEMONIOS DE RENCOR


Fue un periodista anticomunista mordaz e incisivo, superando con creces a Eudocio Ravines. Elogió el milagro económico de Pinochet, no escatimó reconocimientos a la dictadura de Videla en Argentina y se puso al servicio del segundo belaundismo en el Perú, presidiendo la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay que absolvió de culpas a los militares que ordenaron la masacre de ocho periodistas en esa comunidad ayacuchana.
El estado israelí pagó sus simpatías con el sionismo otorgándole el Premio Jerusalén.

Regresó al Perú para capitanear la campaña derechista contra la estatización de la banca en 1988, la misma que fue antesala de su campaña electoral para la presidencia en 1990. El voto popular buscó un candidato alternativo y creyó encontrarlo en un ingeniero nisei, Alberto Fujimori, que prometía no aplicar el shock económico, al cual Vargas Llosa era adicto. De modo que el voto por Fujimori no fue más que un voto contra la plutocracia, que al ganarle la plaza generó una reacción infantil en el perdedor: demolió su residencia de Barranco y optó por la ciudadanía española, diciendo que el error de nuestras naciones fue haberse independizado de España.


Aclaramos que la pataleta era sólo una simbólica ruptura: La nacionalidad española no es excluyente de la nacionalidad peruana. Se puede tener ambas. Pero en el contexto, tenía otro significado. Ése significado puede verse con mayor claridad en sus obras siguientes: “El pez en el agua” (1993) y “Lituma en los Andes” (1994). En la primera hace una descalificación del Perú a partir de su frustración electoral, empezando por un parricidio contra su padre biológico: “…la verdadera razón del fracaso matrimonial no fueron los celos ni el mal carácter de mi padre, sino la enfermedad nacional por antonomasia, aquella que infesta todos los estratos y familias del país y en todos deja un relente que envenena la vida de los peruanos: el resentimiento y los complejos sociales”. El problema racial en el Perú era la causa de su derrota electoral. Y ya lo venía anticipando en la primera página de su novela “El hablador” (1988): “Vine a Firenze para olvidarme por un tiempo del Perú y de los peruanos y he aquí que el malhadado país me salió al encuentro esta mañana de la manera más inesperada”.


Convertido en intelectual orgánico del neoliberalismo, seguía postulando al Nóbel, pero nunca antes estuvo tan lejos de ganarlo por las razones explicadas.

PARRICIDIO Y SEPULTURA INCONCLUSA DE LA NARRATIVA ANDINA


En Madrid,
2005, estalló una polémica entre escritores peruanos que prosiguió en los medios de prensa locales. Vargas Llosa inauguró el encuentro de escritores de Madrid celebrando que por fin la literatura peruana estaba libre de condicionamientos indigenistas, neoindigenistas y reivindicaciones sociales. No sabía que el 60% de escritores invitados eran andinos. Un optimista redactor de Caretas dijo: “antes los escritores eran hijos de José María Arguedas, pero ahora todos somos hijos de Vargas Llosa”. Por supuesto, le salimos al frente.


Vargas Llosa dice en “Historia de un deicidio” y lo reitera en “El pez en el agua”, que el joven escritor necesita surgir a través de un parricidio, del asesinato del padre literario de la generación anterior. Esta intención, que no es patrimonio de todos los escritores,
se revela en su descalificación constante de la vida y obra de José María Arguedas.

El 24 de agosto de 1977 asume como miembro de la Academia Peruana de la Lengua y su discurso fue:“José María Arguedas, entre sapos y halcones”. Por más elogiosa que fuese la forma, el contenido apunta a un solo fin: Arguedas ficcionalizó una sierra que no existe. La mentira se convirtió en realidad gracias a la literatura. Esta descalificación coincide con el juicio que un grupo de intelectuales hizo a Arguedas en su último año de vida. El autor de “Todas las sangres” escribió dos documentos a favor de su verosimilitud: “¿He vivido en vano?” y “No soy un aculturado”.


Ya
en “El pez en el agua”, p. 345, Vargas Llosa hace la descarga completa: “Desde entonces odio la palabra “telúrica”, blandida por muchos escritores y críticos de la época como máxima virtud literaria y obligación de todo escritor peruano. Ser telúrico quería decir escribir una literatura con raíces en la tierra, en el paisaje natural y costumbrista y preferentemente andino, y denunciar al gamonalismo y feudalismo de la sierra, la selva o la costa, con truculentas anécdotas de “mistis” (blancos) que estrupaban campesinas, autoridades borrachas que robaban y curas fanáticos que predicaban resignación a los indios.” (…) “La palabra telúrica llegó a ser para mí el emblema del provincialismo y el subdesarrollo en el campo de la literatura…” (…) “…ese desprecio folklórico por la forma…”.


En
“La utopía arcaica, José María Arguedas y las ficciones del indigenismo” (1996), desde el rótulo manifiesta la intención del sepulturero que evidenció en su discurso de Madrid, 2005. El presente artículo no pretende un extenso análisis de dicha obra crítica. Sólo nos basta una cita: “Lo cual no significa que los escritores peruanos dejen de escribir sobre temas andinos o que desaparezcan los indios en la literatura peruana. (…) Las excepciones -las hay- son de escasa significación literaria y, hasta ahora al menos, están allí sólo para confirmar la regla”. (p.175)

En un contexto histórico de grandes enfrentamientos entre comunidades campesinas y empresas mineras, con el saldo mortal de Bagua, que incluye a las naciones amazónicas, sigue produciéndose aquella literatura que pretende sepultar Vargas Llosa. Y no es “de escasa significación literaria”. Para no enumerar una larga lista de escritores, que no son “excepciones”, reduzco el comentario a la exitosa carrera narrativa de Sócrates Zuzunaga Huaita, ayacuchano, quechua hablante, ganador del concurso COPE de novela y antes ganador del Premio de Novela Quechua, de la UNFV. Digo bien: entre otros…


UNA LÁPIDA ELEGANTE Y UNA ENORME FOSA COMÚN


“La utopía arcaica” es una lápida elegante para sepultar a José María Arguedas, reconociéndole méritos y elogiando virtudes, pero sentenciando su validez y verosimilitud como testimonio de las luchas de “los de abajo”. Los encomios sólo pueden sorprender a incautos, mas no a quienes leen este ensayo atendiendo a su verdadero objetivo.


La novela del desquite por el fracaso electoral de 1990, fue
“Lituma en los Andes” (1994). Si de algo culpó Vargas a la literatura indigenista o telúrica, fue de haber impuesto una ficción que no se correspondía con la realidad. Pero él mismo lleva este defecto a sus máximos desvaríos en “Lituma”. El poblador andino es representado en una barbarie lombrosiana indemostrable por la más burda constatación. No ficcionaliza literariamente sobre el mundo de los pobres, sino que lo caricaturiza. Desconoce incluso detalles elementales de las manifestaciones culturales del mundo andino, pero le inventa horrores que no tiene. Esta novela, escrita con todos los demonios de rencor que señalaba Miguel Gutiérrez al valorar “Historia de Mayta” (1985), es una gigantesca fosa común en la cual pretende sepultar vivos a los “incivilizados” que no le otorgaron el voto en 1990.


Las reales fosas comunes donde fueron sepultados cientos de comuneros andinos durante la sangrienta campaña antisubversiva (1980-2000), no figuran en su narrativa. Como dijo el actual mandatario peruano, son ciudadanos de tercera categoría. Entendemos su preocupación por el Museo de la Memoria y su renuncia, para que luego caiga en manos de uno de sus más entusiastas seguidores, como un tributo a su tercera etapa: la del que quiere ganar el Premio Nóbel en el invierno de su existencia. En función de ese objetivo interpretamos su reformulación del problema palestino y sus tardías críticas al genocidio sionista.
Al Nóbel no se podía llegar sin enmendar ese curriculum que lo distanciaba de la defensa de los derechos humanos y lo aproximaba expresamente a las dictaduras de derecha y a las seudo democracias bajo las cuales se siguen perpetrando crímenes de lesa humanidad.

En ese sentido, ésta es una ópera bufa. Durante 30 años de postularse al Nobel y no conseguirlo, las instituciones conservadoras y la prensa de derecha intentaron compensarlo con premios y galardones para sostener en alto el prestigio de un vocero connotado del gran capital y las transnacionales. Ahora consigue el máximo galardón, justamente cuando no lo necesita. Así como Andrés Avelino Cáceres debió haber muerto en la Campaña de la Breña , para no ser recordado por el pésimo gobierno que hizo, Mario Vargas Llosa debió haber ganado el Nóbel en 1971, en el esplendor de su carrera literaria, no en su decadencia.