Luego del escándalo de la compra, venta, subasta, licitación, o como se le denomine a lo que la señora Rosa Núñez de Acuña negociaba con la gente de Castañeda y Toledo, o sea, Bustamante y Bruce, el asunto de la semana fue sin lugar a dudas, las idas y venidas en el aprismo y alanismo.
Fuera del análisis simplón de calificar los entredichos entre Aráoz y Del Castillo, sobre la idoneidad de estar en la lista congresal aprista o encabezarla, es más importante recalcar como el nivel de la política se ha venido manejando en este partido como si fuese una "cosa nostra". La escena donde tanto Aráoz como Del Castillo visitan al patriarca Villanueva, recuerda las escenas mafiosas iniciales del largometraje "El Padrino", donde salvando las diferencias con el respetable Villanueva, el siciliano Vito Corleone atendía, aconsejaba y brindaba favores a cambio de amistad. Y cuando vemos a Meche Aráoz rodearse de la crema y nata de la cúpula aprista que quiere reelegirse, y al tío George, secundado por miembros de su CEN y allegados en sus comités; eso recuerda aquellas escenas donde los gánsteres se rodeaban de gente de dudoso proceder, para impregnar temor a sus rivales y obtener beneficios para su clan. En suma, un partido que no tiene mucho de político, pero sí de bando, donde aparte de lucrar del Estado como lo pudiera hacer Al Capone, generaba nuevos valores y espaciados enfrentamientos por la herencia de un clan, que con las relaciones con el poder político y económico podría beneficiar a determinados miembros de la pandilla.
Obviamente mucho tiene que ver en toda esta novela, Alan Corleone (ó García), que haría el papel del hijo preferido de la familia, que ya ha heredado el poder y hace y deshace dentro de su clan, eliminando a inoportunos advenedizos que osen amenazar su hegemonía. Desde que Haya De la Torre dejó su postura antiimperialista y nacionalista, viviendo plácidamente y por períodos largos en Europa, manejando su partido como ahora lo hace García, se puede entender de donde viene la escuela. Con la inmolación de los mártires de Chan Chan, el asesinato de Sánchez Cerro en pleno conflicto por Leticia, el acercamiento aprista a una orientación fascista, sumándose al macartismo contra el comunismo, ese caudillismo que les dejó el saludito de la mano a lo "mein führer", y un acercamiento posterior a Roosvelt; se puede entender mucho el rol de sus actuales dirigencias, que anteponen el beneficio personal o grupal, al del país y los peruanos. Quedar bien con el pueblo con frases que encubren la corrupción, como esa de "pan con libertad" y la actual que indica que avanzamos, pero si antes eres amigo de alanistas. Recordar que en los films de gánsteres, se creaba todo un culto al delito y a la extorsión, gozando los amigos de jefes, favores clientelistas que los enriquecían, con la protección debida, siempre y cuando se mantengan leales, y de cuando en cuando, se inmolen por la familia o el caudillo como Villanueva le pedía al rebelde Jorgito; aunque si quisieran una lista inmaculada, Aráoz tendría que poner a una mayoría de independientes.
Por eso, los politólogos y ciertos amigos de aquella banda, suelen "confundirse" y calificarla como el partido más organizado, cuando en realidad es un clan dirigido por Alan Corleone, que usa los métodos de la mafia, los favores de sus gánsteres, y el clientelismo de su militancia, para que no haya ninguna competencia a la hegemonía de su vitalicio caudillismo. Y muchos partidos intentan emular esa forma de hacer politiquería, porque es la forma más fácil de enriquecerse y de lograr impunidad descaradamente. A los verdaderos apristas, a ellos que rechazan el caudillismo y siguen el pensamiento original y antiimperialista del Haya de los treinta, les debe costar acostumbrarse al alanismo como pensamiento guía. Claro, si es que no se ha recibido algún corrompedor favorcito.
Fuera del análisis simplón de calificar los entredichos entre Aráoz y Del Castillo, sobre la idoneidad de estar en la lista congresal aprista o encabezarla, es más importante recalcar como el nivel de la política se ha venido manejando en este partido como si fuese una "cosa nostra". La escena donde tanto Aráoz como Del Castillo visitan al patriarca Villanueva, recuerda las escenas mafiosas iniciales del largometraje "El Padrino", donde salvando las diferencias con el respetable Villanueva, el siciliano Vito Corleone atendía, aconsejaba y brindaba favores a cambio de amistad. Y cuando vemos a Meche Aráoz rodearse de la crema y nata de la cúpula aprista que quiere reelegirse, y al tío George, secundado por miembros de su CEN y allegados en sus comités; eso recuerda aquellas escenas donde los gánsteres se rodeaban de gente de dudoso proceder, para impregnar temor a sus rivales y obtener beneficios para su clan. En suma, un partido que no tiene mucho de político, pero sí de bando, donde aparte de lucrar del Estado como lo pudiera hacer Al Capone, generaba nuevos valores y espaciados enfrentamientos por la herencia de un clan, que con las relaciones con el poder político y económico podría beneficiar a determinados miembros de la pandilla.
Obviamente mucho tiene que ver en toda esta novela, Alan Corleone (ó García), que haría el papel del hijo preferido de la familia, que ya ha heredado el poder y hace y deshace dentro de su clan, eliminando a inoportunos advenedizos que osen amenazar su hegemonía. Desde que Haya De la Torre dejó su postura antiimperialista y nacionalista, viviendo plácidamente y por períodos largos en Europa, manejando su partido como ahora lo hace García, se puede entender de donde viene la escuela. Con la inmolación de los mártires de Chan Chan, el asesinato de Sánchez Cerro en pleno conflicto por Leticia, el acercamiento aprista a una orientación fascista, sumándose al macartismo contra el comunismo, ese caudillismo que les dejó el saludito de la mano a lo "mein führer", y un acercamiento posterior a Roosvelt; se puede entender mucho el rol de sus actuales dirigencias, que anteponen el beneficio personal o grupal, al del país y los peruanos. Quedar bien con el pueblo con frases que encubren la corrupción, como esa de "pan con libertad" y la actual que indica que avanzamos, pero si antes eres amigo de alanistas. Recordar que en los films de gánsteres, se creaba todo un culto al delito y a la extorsión, gozando los amigos de jefes, favores clientelistas que los enriquecían, con la protección debida, siempre y cuando se mantengan leales, y de cuando en cuando, se inmolen por la familia o el caudillo como Villanueva le pedía al rebelde Jorgito; aunque si quisieran una lista inmaculada, Aráoz tendría que poner a una mayoría de independientes.
Por eso, los politólogos y ciertos amigos de aquella banda, suelen "confundirse" y calificarla como el partido más organizado, cuando en realidad es un clan dirigido por Alan Corleone, que usa los métodos de la mafia, los favores de sus gánsteres, y el clientelismo de su militancia, para que no haya ninguna competencia a la hegemonía de su vitalicio caudillismo. Y muchos partidos intentan emular esa forma de hacer politiquería, porque es la forma más fácil de enriquecerse y de lograr impunidad descaradamente. A los verdaderos apristas, a ellos que rechazan el caudillismo y siguen el pensamiento original y antiimperialista del Haya de los treinta, les debe costar acostumbrarse al alanismo como pensamiento guía. Claro, si es que no se ha recibido algún corrompedor favorcito.
En esta mafia, ya sabemos quien es el Padrino. El titiritero mueve a sus marionetas y operadores para enriquecer su entorno partidario, y de paso, seguir aumentando ese patrimonio personal que incluye propiedades en Francia y Colombia. Con el apoyo incondicional de los Fujimori, podrá "salvar" a su discípulo y compañero Jorge Del Castillo, y para eso, deberá "permutarlo" con Carlos Raffo, evitando el levantamiento de su inmunidad parlamentaria.
René Galarreta
Lima, domingo 9 de enero de 2011
Lima, domingo 9 de enero de 2011
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